viernes, 16 de septiembre de 2011

Guerra civil molecular

Las nuevas guerras no serán hijas de la 1ra. Guerra del Golfo, sino hijastras de Chechenia y Somalia",

Teniente general Martin R. Steel, ex comandante de la Infantería de Marina de USA, Veterano de Vietnam y de la 'Tormenta del Desierto'.

Hans Magnus Enzensberger, en su ensayo “Perspectiva de Guerra Civil” (1994), planteó el concepto “de guerra civil molecular a escala planetaria” (1), expresada en ámbitos urbanos y vinculada a las subculturas de tipo marginal.

Es un conflicto sin objetivos políticos claros, con un alto grado de violencia, y en ese sentido, el escritor alemán advierte que”cualquier vagón de subterráneo, o bus publico en cualquier parte. Puede convertirse en una Bosnia en miniatura”.

El desarrollo de esta guerra es, en un comienzo, incruento. Se inicia en forma imperceptible, ya que no necesita movilizar ejércitos, pero ya está presente en las sociedades occidentales cuyos focos comienzan a formar parte cotidiana de muchas ciudades.

“Poco a poco en la calle se van acumulando basura. En el parque aumenta el número de jeringuillas y de botellas de cerveza destrozadas. Por doquier las paredes se van cubriendo de graffitis monótonos, cuyo único mensaje es el autismo: evocan un yo que ya no existe. Los colegios aparecen con el mobiliario destrozado, los buses de trasporte público están rayados. Nos hallamos ante una declaración de guerra, aunque pequeña, muda, el urbanista experimentado sabe interpretarlo, empieza como violencia visual, auditiva, mal carácter en las gentes…etc.”. Los colegios urbanos ya no tienen una población autoctona, son aulas llenas de extraños al país. Un país cuya historia ni comprenden, ni es suya, ni les interesa.

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